«Es extraño porque a José Félix no le gusta el riesgo»
La conmoción sacude Valdegovía tras tres días de búsqueda sin rastro del ertzaina desaparecido
El agente lleva casco azul, camiseta azul y blanca de motocross, pantalón negro y guantes azules
Sus amigos dicen que siempre lleva el teléfono móvil «en la maleta del quad»
«¿Dónde estás José Félix?». La pregunta retumba en la mente de Alfredo Arroyo, que mira al cielo y se abrocha el anorak en el frontón de Villanueva de Valdegovía. Ha llegado desde Vizcaya junto a otros ocho amantes de los quads, que ponen a punto sus vehículos. El grupo tiene un único objetivo: sumarse al operativo que intenta localizar a su compañero José Félix Chasco, desaparecido el miércoles por los montes de la zona a lomos de una de estas motos de cuatro ruedas. Desde entonces, ni rastro.
Son las 8.30 y no para de llover. Empieza la faena y Alfredo suspira. «Es extraño, lleva un Suzuki 750 que es perfecto para subir, pero que no vale para correr. Además, a nosotros no nos gusta la velocidad», explica a EL CORREO. Los demás asienten. «Es un buen compañero, prudente, no es ningún loco. Se protege con casco, peto, botas y espinilleras. Jamás busca el riesgo», exclama a su lado Luis Esteban. Hay demasiados interrogantes, pero nadie tira la toalla. Hoy volverán a la carga.
Valdegovía intenta sobreponerse a la frustración de los familiares, compañeros y vecinos de José Félix Chasco Guinea, de 47 años y padre de dos hijos. Cerca de 300 personas participaron ayer en una nueva jornada de rastreos a los que se sumaron varios pueblos de la zona. La Ertzaintza, la Guardia Civil, los Miñones y voluntarios llegados desde diversos puntos de Euskadi, -entre ellos especialistas de la Cruz Roja y la DYA- caminaron durante horas a la espera de un golpe de suerte. Con perros adiestrados, con un helicóptero, con quads y a pie. En horario de mañana y de tarde. Ni rastro.
Los frustrantes resultados han obligado a cambiar de estrategia una y otra vez. Pero ni los agrestes paisajes, ni la niebla, ni la lluvia han impedido que el rastreo baje de intensidad. Pasan las horas y la preocupación aumenta.
Carteles
Durante la mañana de ayer, la coordinadora de emergencias del Gobierno vasco, María Jesús Portela, avanzaba una operación milimétrica. «Vamos a ir como si fuéramos a por setas. Es decir, miraremos cada esquina. También vamos a intercambiar el destino de los grupos, por si a alguien se le ha podido escapar algo». El operativo se dividió en veinte grupos.
Al mismo tiempo, los participantes distribuyeron diversas hojas que anuncian la desaparición del agente junto a una fotografía suya y otra de su quad amarillo. A partir de ese momento, todo el mundo inició la marcha. El objetivo prioritario es encontrar a un hombre «que lleva casco azul, camiseta azul y blanca de motocross, pantalón negro y guantes azules».
José Félix, ertzaina de profesión, es aficionado a las motos desde muy joven. También es amante del atletismo y participó en la Santurce-Bilbao de 2009, así como en el medio maratón de la capital vizcaína en 2008. Había dejado por una temporada su residencia en Vizcaya y pasaba las vacaciones en Tuesta, el pueblo de su madre. El pasado miércoles, el mismo día del cumpleaños de su hija, salió de casa sobre las cinco de la tarde y dijo que regresaría hacia las ocho, como era habitual. Se fue solo, montado en el quad con el que suele recorrer los montes de la zona, que, según varios de sus allegados, «conoce perfectamente». Pero no llegó a casa, así que su familia avisó a SOS Deiak.
La búsqueda comenzó el mismo miércoles a las once de la noche. El jueves, el viernes y ayer sábado se repitió desde el amanecer hasta bien entrada la tarde. El dispositivo se ha ampliado de forma progresiva, pero sigue sin encontrar un rastro. Parecía que los nubarrones empezaban a despejarse cuando el jueves se detectó la señal de su móvil cerca del repetidor de Peñarrubia. De esta forma, José Félix debería estar en un radio de tres kilómetros, que, según las condiciones de la cobertura telefónica, podrían ampliarse hasta el doble. Se buscó en la zona, aunque sin éxito. El móvil dejó de dar señal el viernes. «Siempre lleva el teléfono en la maleta del quad. En principio parece bastante difícil que se le cayera por llevarlo en algún bolsillo de la ropa y que él estuviera lejos del celular», revelaron ayer sus compañeros.
También hubo una segunda pista que tampoco sirvió de mucho. Un testigo comunicó que había visto a José Félix a las seis de la tarde del miércoles en Gurendes, cuando iba hacia Peñarrubia, al paraje conocido como El Raso. Curiosamente, el operativo pasaba por la zona, aunque no hubo suerte.
Información recogida:
http://www.elcorreo.com/alava/v/2010081 ... 00815.html